viernes, 6 de abril de 2012

Visiones

    Como algunos ya saben, estuve en Valencia a finales de marzo (los días 23, 24 y 25) para asistir a un seminario impartido por Janet Farrar y Gavin Bone (Misterios Interiores). No voy a hablar aquí del seminario en sí (eso lo dejo para el otro blog, "el minotauro pensativo"), si no de una experiencia - o parte de ella - que viví en él.






    En el transcurso de una meditación guiada por Gavin, todos los asistentes iban a realizar un viaje mental al inframundo para visitar a los Guardianes de las cuatro Atalayas. Obviamente, cada cual viviría su propia experiencia individual.

    Solo hablaré aquí de mi encuentro con el Señor de la Atalaya del Sur. Aunque mi visita a los demás Guardianes fue importante, esta fue la más significativa y reveladora. En principio, los Señores de las Atalayas iban a hacernos una pregunta, nosotros les contestaríamos y entonces nos entregarían cada uno un objeto. Fue un viaje lleno de sorpresas.

    La primera de ellas fue el aspecto que tomó para mí el Señor del Sur. Esta fue la de un personaje de la editorial Marvel, el supervillano Esfinge (enemigo de los 4 Fantásticos y del centurión Nova). Fue extraño porque hacía años que no pensaba en esta figura y no corresponde en nada, o eso creía yo, con mis creencias religiosas.





    Me preguntó quién era yo y, de forma muy segura, le contesté que yo era Ka. Después de lo cual me ofreció una pequeña piedra ardiente. Para mí, nada de eso tenía sentido en aquel momento.

    Resumiré brevemente la historia de Esfinge para situaroslo. En el relato marveliano, este hombre fue el mago que se enfrentó a Moisés convirtiendo su vara en serpiente. El líder hebréo hizo lo propio con su propio cayado y su serpiente engulló a la del mago. Después de eso, el faraón lo desterró al desierto condenándolo a morir.

    Justo en el momento en que sus fuerzas lo iban a abandonar, el mago descubrió un templo abandonado que cobijaba una piedra mística llamada Ka. Esa piedra se le incrustó en la frente y lo volvió inmortal además de conferirle vastos poderes.

    Admitiréis que era para sorprenderse. Qué tenía que ver todo aquello con mis propias creencias? Por qué había dado yo semejante respuesta al Guardián? Por qué una forma egipcia cuando mis dioses son minoicos?

    Al volver a casa me puse a buscar una imagen de Esfinge para poder explicar más facilmente mi vivencia a mis amigos y me llevé otra sorpresa. Aquí tenéis dicha imagen. Salvo por el fondo y la luz que emana de su mano, es exactamente igual a lo que ví en mi meditación.




    Fijaros en el símbolo de la hebilla de su cinturón. Se supone que es el Ankh, la cruz ansada egipcia. Pero está alterada de tal forma que parece también una Labrys, el hacha sagrada de dos hojas, símbolo de mis propios dioses. Incluso puede uno imaginarse que el círculo superior se asemeja a los cuernos de mi dios, Velchanos.

    Imaginaos ahora la imagen como una silueta. Se supone que lo que lleva en la cabeza es una versión deformada de la Wereret, las coronas unidas (la Hedjet blanca y la Deshret roja) del bajo y del alto Egipto. Pero no parece más bien la cabeza de un minotauro? O sea, la cabeza de Velchanos?

    Obviamente, no podía quedarme tan tranquilo, tenía que investigar. Y debía empezar por la pista más clara que tenía, el nombre que le dí al señor de la Atalaya del Sur: Ka!

    Para empezar, debo explicar que los egipcios pensaban que el ser humano se componía de nueve partes que son las siguientes:
  • El Dyet, el cuerpo físico.
  • El Sahu, el cuerpo espiritual .
  • El Ib, que se puede entender como el cuerpo emocional. 
  • El Ba, lo más parecido a lo que entendemos nosotros como alma.
  • El Ren, el nombre por el que era llamado el humano (con todas las consecuencias que los brujos ya conocemos).
  • El Sheut, la sombra.
  • El Aj o Ak, un concepto funerario relacionado con la luz estelar. Sería algo así como la realización de una vida llena.
  • El Sekhem, la manifestación de la voluntad divina. Magos y sacerdotes podían conseguirlo mediante iniciación. No sé de qué me suena!
  • El Ka, la fuerza vital que diferencia un cuerpo vivo de otro muerto. Para los egipcios, devolver el Ka era sinónimo de morir. El dios Jnum, el alfarero, creaba primero el Ka y después al cuerpo (hecho de barro) antes de unirlos para formar un ser humano.
    Hasta aquí lo que nos dice wikipedia (más o menos) de los componentes del cuerpo. Intentemos ahondar un poco más en lo que es el Ka.

    En su manifestación, el Ka tiene un papel creador y conservador. Puede por tanto designar la potencia creadora que poséen los dioses pero también de mantenimiento que animaban a Maat, el orden universal.

    Contrariamente a lo comunmente establecido, no es que el Ka sea el doble celestial de las cosas terrenales si no al contrario: el mundo terrenal es una copia animada de lo celestial a través del Ka, depósito de las fuerzas vitales gracias a las cuales la vida se mantiene y donde vuelve después de la muerte.

    El Ka es el molde que da forma a la substancia para convertirla en materia. Es el principio espiritual de lo que está fijo, el punto de apoyo para todas las manifestaciones físicas. El Ka es el toro Apis, encarnación del fuego de Ptah*, es la potencia cosmica. En definitiva, el Ka es el principio realizador de la creación continua y es gracias a él que todo puede ser nombrado (Ren).

   Hay que destacar, sin embargo, tres aspectos diferentes del Ka:
  1. El Ka original, creador de todos los demás Kas (o Kaous)
  2. El Ka de la naturaleza (animales, vegetales y minerales)
  3. El Ka individualizado del hombre, que conlleva su firma y fija su destino.
  Pero volvamos a mi visión. Os habéis fijado en que he dicho que el Ka es el toro Apis? Os dais cuenta? El toro Apis no solo era representado como un toro con características específicas. 




También era representado como un hombre con cabeza de toro.  Yo ni siquiera sabía que existiera una versión egipcia del minotauro!










    Así que volvemos a un minotauro! Es, como poco, inquietante. Qué deducción debería sacar entonces de mi visión? Obviamente, no que yo sea el mismísimo Velchanos, eso está claro (no soy tan creído). Pero sí quizás que soy una parte de él que tengo que investigar mucho más a fondo.
   Pero veamos qué nos dice la mitología sobre el toro Apis. Como dije antes, desde el Imperio Nuevo, se le considera el heraldo del dios Ptah, su Ka. Más adelante, pasó a ser el heraldo de Osiris. Recordemos que este, al principio, era un dios de la vegetación, del renacimiento y de la fertilidad. Es decir, algo muy parecido al Velchanos joven que iniciaba a los muchachos para su vida adulta.
   Más adelante aún, Apis se convirtió en el heraldo del dios Sokar y entonces se le asoció a los dioses relacionados con la muerte. En otros términos, lo mismo que Velchanos pasó a ser un dios que guiaba a los muertos. Demasiadas coincidencias? Pues hay más.
   Porque resulta que Sokar era también el patrón de los herreros (Velchanos es, él mismo, un herrero) y habita en una cueva secreta llamada Imhet "la puerta de los caminos", situada en lo más profundo del mundo subterráneo. Del mismo modo, Velchanos vive en una cueva (en lo alto de una colina) que es la entrada al laberinto que él custodia.
   Sería posible entonces que egipcios y cretenses hayan compartido la creencia en un mismo dios en un momento dado? No lo sé aún pero lo investigaré.



Adenda (14 de marzo de 2013):

    En octubre de 2013 (si nada me lo impide) veré de nuevo a Janet y a Gavin en un segundo seminario de Misterios Interiores y les contaré el resultado de mis investigaciones. Espero que puedan ayudarme un poco como lo hicieron en el primero o, al menos, a encontrar nuevas pistas.